James Nuño es un chamán profano que invoca las pequeñas tragedias y las transmuta en grandeza narrativa. En este libro logró incluso transmigrar su propia alma al cuerpo del protagonista (Jeff Medina), para crear una autoficción hiperbólica y descabellada. De hecho, la constante de esta novela es lo impensado; los giros de la trama desquiciarán a los lectores.